El 6 de marzo de 2015 se estrenó la película La luz con el tiempo dentro, dirigida por Antonio Gonzalo. Narra la vida del premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez (1881-1958), en cuya agitada vida sentimental ocupa el lugar más destacado, desde 1916 hasta 1956, su esposa la poeta catalana Zenobia Camprubí Aymar, que a los 68 años de edad muere de cáncer de matriz en Puerto Rico, tres días después de la concesión del Nobel a su cónyuge. Ninguna de las 16 candidaturas a las que se presentó el film fue nominada para los premios Goya de 2016.

Hija de un ingeniero y de una madre culta y pudiente, había viajado a Estados Unidos, donde vivió varios años, estudió y se relacionó con el movimiento feminista. Por su madre, de origen portorriqueño, estuvo vinculada a Puerto Rico. Establecida en 1910 en Madrid, vive en el domicilio de su padre, en el paseo de la Castellana. Forma parte del Lyceum Club Femenino, al que pertenecía la abogada malagueña y directora general de Prisiones en 1931-1934 Victoria Kent. Su voz poética abarca desde primeros cándidos poemas hasta el existencialismo. Si algo echó de menos en su vida, ella misma lo dice: “Qué cosa hermosa hubiera sido tener un hijo”. Como narradora, escribe un centenar de relatos. En su traducción al castellano del poeta Rabindranath Tagore y de varios escritores ingleses colabora Juan Ramón Jiménez, dando forma poética al texto.


Desde su salida de España con su esposo, en agosto de 1936, vive en Estados Unidos, Cuba y definitivamente desde 1951 en Puerto Rico, desde donde se desplaza a Boston para ser operada y regresa en 1952. Reanuda su actividad de profesora en la Universidad. Por el recrudecimiento del cáncer, vuelve a Estados Unidos sin la compañía de su marido; pero regresa sin poder ser operada de nuevo y fallece. En su obra Juan Ramón y yo es consciente de que se casó con un genio y neurasténico depresivo de carácter introvertido; pero eso no frustró su vocación literaria, aunque reconoce que le impidió vivir plenamente independiente. En su caso, no se puede decir que detrás de un gran hombre había una gran mujer, sino al lado.