ROBERTO BLANCO TOMÁS.
El ayuntamiento de Madrid ha presentado en febrero los “Presupuestos Participativos”, que han sido definidos como “una herramienta de participación y gestión de la ciudad, mediante la cual la ciudadanía puede proponer y decidir, de manera directa, sobre el destino de parte de los recursos municipales”. En concreto, serán 60 millones de euros para el próximo año 2017 los que se gestionarán a través de esta iniciativa, de los cuales 36 millones se destinarán a propuestas localizadas en los distritos —“repartidos de manera proporcional a la población e inversamente proporcional a la renta per cápita”—y 24 millones a propuestas de todo Madrid. A nuestro distrito le corresponderán 1.286.657€ de estos presupuestos.
Las propuestas puede realizarlas cualquier ciudadano, empadronado en Madrid, a través de Decide Madrid (https://decide.madrid.es), en su junta de distrito, o en las Oficinas de Atención al Ciudadano. El calendario establecido sería el siguiente: del 22 de febrero al 31 de marzo, recogida de propuestas; del 1 de abril al 14 de mayo, apoyo y valoración; y del 15 de mayo al 30 de junio, votación final. La aplicación de las propuestas, como decíamos, tendrá lugar a partir del 1 de enero de 2017.
La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid ha saludado en un comunicado esta iniciativa. Aunque considera que el dinero destinado a la misma “sigue siendo insuficiente, especialmente el dirigido a proyectos de los distritos”, destaca que “nunca antes un Gobierno de la capital había dedicado tantos recursos y presupuesto económico a esta cuestión, y esto es motivo suficiente de alegría”. Además, la federación ha valorado de manera muy positiva “la forma en la que repartirán los 60 millones reservados a este fin, pues puede contribuir a reducir el enorme desequilibrio territorial que padece la capital”. En el mismo comunicado, la FRAVM se ponía a disposición del consistorio “para extender y mejorar su modelo de participación ciudadana”, pues apuntaba que “echa en falta un mayor protagonismo de las entidades ciudadanas en la iniciativa presentada”.
Y como decía Mayra Gómez Kemp en el Un, dos, tres, “…hasta aquí puedo leer”. Por supuesto y a priori, toda iniciativa que proporcione a la ciudadanía un mayor control del erario público y capacidad de decisión acerca de qué hacer con el mismo —amén de una mayor transparencia de la Administración, lo que va unido a lo apuntado— será algo positivo. Pero, también por supuesto, tendremos que esperar a ver su aplicación en la práctica para valorar en términos reales si esto es así, y cómo de “así” es. Quiero decir: si se corresponde al cien por cien con lo anunciado, si es poco o mucho el dinero asignado, si la forma de gestionarlo da muchos o pocos problemas, si hay que mejorar cosas y, en fin, si esa participación es real y si se hace mucho o poco caso a lo que opinan los vecinos. Pues ésa es una de las “tareas” que tiene una sociedad responsable: comprobar si/que/cómo los proyectos de los Gobiernos de las distintas Administraciones se llevan a la práctica.