Hasta la vista, Mr. Marshall
ROBERTO BLANCO TOMÁS, 22 de marzo de 2025
En efecto, las primeras declaraciones y acciones del gran jefe Corbata Larga (que no han sido pocas: presume de haber firmado ya casi cien decretos y tomado más de 400 medidas ejecutivas, a cual más tremebunda) nos han confirmado lo que ya sabíamos: un megalómano que ahora se cree con mandato divino, rodeado de una camarilla a juego, que ya está cambiando todo el sistema de relaciones internacionales construido desde el final de la II Guerra Mundial, conduciéndose con modos neocoloniales y de forma absolutamente caprichosa, como un emperador de película de sábado por la tarde.
Por supuesto, los primeros perjudicados son sus propios compatriotas. Y es que de persistir en unas políticas como las que está desarrollando bien podría llevar a su país a la ruina más absoluta. De momento, como podemos leer en el editorial de El País del 6 de marzo, “Las consecuencias de esa política, así como de la incertidumbre que genera, empiezan a dejarse notar sobre la economía: el consumo de EE UU registró su mayor caída en enero y la confianza de las empresas anotó en febrero su mayor descenso desde 2021. Los mercados parecen haberse dado cuenta de pronto de que lo que creían bravuconadas para mejorar la posición negociadora de la Casa Blanca, una táctica de empresario matón, es una realidad. Sus consecuencias son inmediatas: mayores costes para las empresas, subidas de precio para los consumidores, menor crecimiento, más inflación y un freno a las rebajas de tipos”. Sé de no pocos estadounidenses que empezaron diciéndolo medio en broma, pero cada vez están planteándose más en serio cambiar de aires si tienen oportunidad y venirse a Europa o a cualquier lugar más civilizado que su país.
Y es que creo que es importante que nos demos cuenta de que, aunque nuestras sociedades no son ni mucho menos idílicas, en nuestra vieja Europa se vive muchísimo mejor, más seguro y con más ayudas que en los Estados Unidos, donde puedes morir en la puerta de un hospital si no tienes dinero para pagar tu tratamiento. Y ante los nuevos vientos que soplan en el mundo, nos toca tomar conciencia de lo que tenemos, defenderlo y mejorarlo en todo lo posible.
Porque nos hemos pasado décadas dependiendo y apoyándonos en “el amigo norteamericano”, que era “amigo” porque le convenía, pero ahora todo apunta a que ha dejado de serlo. El presidente Trump nos lo está dejando claro en cada declaración que hace, en cada medida que toma. Así que hasta la vista, Mr. Marshall, que hay más peces en el mar.
Porque cuando está claro que alguien no quiere ser tu amigo no es inteligente seguir cultivando esa amistad. Tendremos que centrarnos más bien en ser lo más autosuficientes posible y buscar otras amistades más sinceras y confiables, que hay muchos más pueblos en el mundo con los que podremos entendernos mejor para prosperar juntos y en armonía. Todo ello desde una toma de conciencia desde la base de la sociedad (usted, yo, su vecino, mi prima, el tendero de la esquina…) de que, frente a la ley de la selva que se está convirtiendo en tendencia, otro mundo es posible y depende de todos y cada uno de nosotros construirlo y fortalecerlo, porque el apoyo mutuo y la colaboración siempre han sido herramientas más constructivas y poderosas que la competencia y el matonismo. Ojalá algún día también lo entiendan así los que hoy apoyan al autoritarismo de moda y entre todos podamos terminar de construir un planeta más solidario, igualitario y justo.