La cistitis intersticial es una patología urológica femenina bastante frecuente, pero sin embargo bastante desconocida, e incluso poco tratada por los especialistas a pesar del impacto que tiene en la vida diaria de la paciente.
¿En qué consiste la enfermedad?
La cistitis intersticial tiene especial relevancia por ser un proceso de muy difícil diagnóstico y tratamiento. En general, se denomina así a un cuadro caracterizado por aumento en la frecuencia al orinar, de día y de noche, con urgencia y dolor pélvico.
Es una enfermedad crónica de causa desconocida. Agrupa una gran cantidad de síntomas aunque, por lo general, las pacientes suelen tener en común una historia previa de múltiples consultas médicas por supuestas infecciones urinarias, dolor y malestar en la pelvis con el llenado de la vejiga que les obliga a orinar con una insoportable frecuencia, durante el día y la noche, tras lo cual notan una leve sensación de mejoría. En la cistitis intersticial o “síndrome de la vejiga dolorosa”, como la denomina la International Continence Society, el síntoma más relevante es el dolor, intenso, absolutamente incapacitante y remitente a todo tratamiento.
Diagnóstico
Es un proceso de difícil diagnóstico porque no tiene marcadores diagnósticos específicos, no hay datos analíticos que nos indiquen su presencia, ni tan siquiera hay un consenso en los mismos de la anatomía patológica que nos podrían llevar a un dictamen preciso en estos casos. Su diagnóstico se alcanza, por tanto, por exclusión de otros procesos más específicos. Dado su gran impacto en la calidad de vida, es una enfermedad que siempre debemos tener en mente a la hora de evaluar a las pacientes que consultan por frecuencia miccional aumentada y dolor pélvico. Incluso podría ser importante valorar la relevancia de preguntar a nuestras pacientes por este tipo de síntomas cuando acudan a consulta, dado que muchas de ellas no los comunican.
Tratamientos
En la actualidad, disponemos de tratamientos médicos específicos, como son la distensión vesical, la infiltración vesical con toxina botulínica y el tratamiento intravesical con ácido hialurónico, entre otros, que pueden ayudar a mitigar su dolencia, aumentar su calidad de vida y reducir el dolor y los síntomas.
Diagnóstico precoz
Es importante que las mujeres conozcan esta enfermedad para que en cuanto detecten los síntomas acudan a la consulta del urólogo, ya que es esencial el diagnóstico precoz de la enfermedad. Su dictamen temprano es clave para minimizar la gravedad y la progresión del síndrome en la mayoría de las pacientes.
Dr. Pedro Sánchez de la Muela, jefe del Servicio de Urología
del Hospital Nuestra Señora del Rosario