ANA DE GÓNGORA.
Me refiero al presente; sí, al aquí y ahora.
Ni el pasado fue tan maravilloso o nefasto, según quien lo recuerde. De cualquier modo, los recuerdos, por muy veraces que los creamos, son selectivos: nuestra mente conserva y mantiene aquellos que más nos afectaron o impactaron y, según nuestro carácter y circunstancias será nuestra percepción, pues no debemos obviar que, por muy objetivos que pretendamos ser, somos seres humanos y no podemos evitar que en nuestra mente y en nuestro razonamiento influyan también nuestros sentimientos, así que debemos aceptar nuestra subjetividad también en lo que recordamos. Creo que esta aceptación ya indica un avance, hemos subido un escalón más en nuestro nivel evolutivo.
Ni el futuro podrá ser tan negro como unos lo pintan, ni de color de rosa como muchos y muchas desearíamos. El futuro siempre está por venir y empieza desde “mañana”, y “mañana” será de nuevo presente. Por eso debemos pensar en el día a día, porque “el futuro” lo vamos construyendo sobre la marcha y debemos tener en cuenta que, según afrontemos cada situación y las circunstancias en que nos hallemos hoy, dependerá nuestro mañana. Y debemos recordar que no somos entes individuales, que formamos parte de otros colectivos: familia, colegas, amigos; una sociedad, una comunidad, un país... Que “mi yo” puede optar por aislarse, lo que equivaldría a quedar estancado, o puede confluir con aquéllos con quienes nos unen lazos afectivos y/o afinidad de ideas, de sentimientos, de proyectos; y siempre que predomine la voluntad de procurar lo mejor para el colectivo honestamente y sin confrontaciones estériles estaremos construyendo un futuro mejor.
No sirve pre-ocuparse por lo que no sabemos si ocurrirá, que probablemente nunca será como lo hemos imaginado o nos lo han pintado, sobre todo si nos ocupamos del aquí y ahora. Estamos viviendo unos tiempos y unas situaciones muy interesantes, y hasta me atrevería a decir trascendentales, para que nos perdamos en etapas pretéritas o imaginando posibles futuros... Centrémonos en el presente y en lo que se puede mejorar desde cualquier posición en la que nos encontremos, y mañana o pasado mañana veremos los resultados.