El señor don Javier Solana explicado a los niños

PGARCÍA.

Tenéis obligación, queridos pequeñuelos, de conocer a los grandes hombres que más pueden hacer por España. El más destacado de ellos, sin duda, es don Javier Solana, y por tal razón voy a explicároslo.

El señor Solana de Madariaga, don Francisco Javier, nacido en Madrid el año de gracia de 1942, no es un señor cualquiera; es un pedazo de señor. El señor Solana de Madariaga, don Francisco Javier, es un político que ha sido ministro de Cultura, ministro Portavoz del Gobierno, ministro de Educación y Ciencia y ministro de Asuntos Exteriores en España. No contento con eso, ha sido igualmente secretario general de la OTAN, alto representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, y hasta comandante en jefe de la EUFOR, o fuerzas de Europa, chupaos esas mandarinas.

Pues con ser eso mucho, por encima de ello aún ha sido una cosa mejor el señor Solana de Madariaga, don Francisco Javier, que es lo que lo califica como uno de los más grandes hombres que pueden dirigirnos a los españoles a las más altas metas posibles. La cosa mejor, que supera a todas las anteriores, tan apabullantes como son, es la de haber sido profesor de Física del Estado Sólido en la Universidad Complutense de Madrid.

Como la seño os habrá explicado en la guardería, la Física del Estado Sólido o de la Materia Condensada es la más moderna de las Físicas, y engrana con el microcosmos del átomo y la mecánica cuántica. En consecuencia, su aplicación por un experto como él a los problemas que nos aquejan será como toque de mano de santo. Veréis:

Lo que se nos viene encima son los nuevos recortes mandados por la capital de España (que no es Madrid, como antes; que ahora la capital de España es Bruselas), y no pueden esperar más. Los recortes nos dejarán sin energías para ir tirando, ni para mover un dedo; pero el señor Solana de Madariaga, don Francisco Javier, como profesor de Física del Estado Sólido que ha sido, nos explicará que la naturaleza tiende siempre al estado de mínima energía, y si nos vemos reducidos al estado de mínima energía por los recortes de Bruselas, será lo más natural, así que nada de quejarse.

Otro de los saberes de esa Física es el de la superconductividad, que se logra enfriando la materia lo más cerca posible al cero absoluto. Y enfriando casi a los -273 ºC el problema que tenemos con Cataluña, el diálogo no encontrará la menor resistencia de transmisión, cosa que no ha sucedido hasta la fecha por las altas temperaturas reinantes. Pero lo mejor será cuando aplique a la cuestión catalana la teoría de la superposición de estados y la del entrelazamiento cuántico.

Pedid a vuestro papi que os cuente el experimento mental del gato de Schrödinger. Es un gato encerrado en una caja con un veneno y que se halla en una superposición de estados definidos por su función de onda, está vivo y muerto a la vez, y el estado definitivo no se decide hasta que se abre la caja y se colapsa la función de onda. Pero hay más: según la teoría de Hugh Everett III, si al abrirla el gato está muerto, el colapso de onda implica un desdoblamiento con la aparición del gato vivo en un universo paralelo. Esto, explicará el señor Solana de Madariaga, don Francisco Javier, desde el punto de vista del entrelazamiento cuántico significa que la República de Cataluña se encuentra ahora mismo también en superposición de estados: existe y no existe a la vez, y por eso no nos aclaramos; que en cuanto se aplique la Constitución se colapsará la función de onda, no será posible en nuestro universo, pero inmediatamente se hará realidad en el universo de al lado. Entonces los indepentistas de aquí podrán irse al universo vecino, los nacionalistas de aquél venirse al nuestro, y todos contentos.

Y todo eso será posible gracias a la aplicación de la Física del Estado Sólido a la política nacional, por la sabiduría del señor Solana de Madariaga, don Francisco Javier, que para eso sabe la intemerata de Planck, Heisemberg, Pauli y compañía; y no como otros, que solo saben de Messi, Ronaldo y la Pantoja, dicho sea sin ánimo de señalar.

Más adelante, si Dios quiere, os explicaré la aplicación de la paradoja de Einstein-Podolski-Rosen, el bosón de Higgs y los campos cuánticos al problema de las autonomías. Pero por hoy ya vais servidos.

 

 

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