Las mentiras del Whatsapp
Carlos Gómez Cacho
Seguro que has recibido, y en más de una ocasión, algún wasap (*) con una historia de “rumanos malos”, de un aviso de la Policía, un virus que te formatea el móvil y el de todos tus contactos, que no abras un correo que contiene un virus malísimo… sin hablar de los mensajes ideológicos. En fin, todo lo que habíamos recibido no hacía mucho tiempo por correo electrónico ahora nos vuelve en un wasap.
Atrás quedaron aquellas cadenas en las cuales tenías que copiar a mano diez cartas, con una peseta dentro, y enviarlas a otras tantas víctimas, porque si no tendrías muy mala suerte o algo así. Ahora, con la tecnología disponible, con un solo clic, ya hemos enviado cientos, eso sí, sin la peseta. Da igual que sea por correo electrónico, Facebook, Twitter, Whatsapp o cualquier red social: las cadenas de bulos (“hoax” en inglés) campan a sus anchas.
¿Pero por qué, si sabemos que el 99% son mentira, siguen proliferando por cualquier formato digital? Según Gustavo Palacios (guionista y director transmedia), “Hay algo de la naturaleza humana en la de creer ser parte de la comunidad y hasta de una verdad”. A veces es más cómodo ser partícipe de ese bulo (aquello de, “por si acaso”) que romper esas cadenas y dejar en evidencia esa comodidad instaurada con una simple investigación en Google que, la mayoría de las veces, puede dar al traste con dicho bulo.
Por otro lado, también se habla de “pereza intelectual”. Según Palacios: “Solemos repetir fórmulas sin razonar y compartir pensamientos que ni hemos reflexionado, porque el ejercicio de la razón es exigente y hasta peligroso”.
Entonces, ¿qué hacemos con todas aquellas personas que se empeñan en seguir difundiendo este tipo de cadenas, aunque amable y razonadamente se les explica que son patrañas? La solución podría ser dejar de seguir o bloquear a estas personas adictas a esa propagación de bulos. Además tenemos que insistir en que pueden provocar en otras personas angustia, miedo (según el contenido de los bulos) o, en el mejor de los casos, pérdida de tiempo.
Y tu, ¿investigas esos bulos?
(*) Forma recomendada por Fundéu para referirse a los mensajes enviados con Whatsapp.
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