Constanza Rúa: una vecina ejemplar
CRISTINA GALÁN RUBIO, 19 de abril de 2023
El 10 de marzo falleció en el Hospital de la Princesa una gran activista del movimiento ciudadano del Distrito. Se llamaba Isabel Campos, aunque todos la conocíamos como Constanza Rúa, alias que ella eligió para luchar contra el racismo, la xenofobia, el machismo, la sociedad intolerante que la marginaba por ser mujer y defender la libertad.
Fue abogada laboralista, defendiendo derechos de hombres y mujeres durante la dictadura. Ella estaba alerta a todas las injusticias y agresiones que había en su entorno. Nos cuenta su hijo que cuando era pequeño e iban por la calle, si veían que había abuso policial contra algún transeúnte, se paraba e increpaba a la policía diciendo: “Ese señor es mi cliente y no puede tocarlo”. Más adelante su feminismo le llevó a defender a mujeres y niños contra los abusos de la sociedad patriarcal.
Constanza Rúa llevaba más de medio siglo viviendo en un viejo piso alquilado de la calle Hermosilla. Vivía sola, pero no estaba aislada. Era una mujer empática y comprometida con todos los que la rodeaban. Participaba en círculos y foros ciudadanos del barrio, en defensa de una política participativa para resolver las necesidades de sus vecinos. Era miembro activo de la asociación feminista del Distrito y de la Asociación Vecinal La Atenea.
En esta senda personal y colectiva, entre dudas, zozobras y agonías, libró muchas batallas junto a los vecinos y sus problemas como ciudadanos. Además pudo realizar su sueño de ser escritora, dejándonos una novela autobiográfica: En los ojos de Carmen. En ella nos cuenta su infancia y su proceso de transformación personal.
Constanza fue una mujer sabia, una mujer bruja, una mujer loba, indómita y libre que corrió por el barrio dejando su aullido de amor, paz y libertad. Sigue en nuestras calles y en nuestros corazones iluminando las esquinas oscuras con la energía de su astro vital, lleno de luz verdadera. No te olvidamos, querida Constanza, seguimos tu vuelo y tu huella por el barrio.
Cristina Gálan Rubio. Socia de La Atenea