¡Alarma, alarma!

El pasado domingo 3 de septiembre, a partir de las dos de la tarde, todos los móviles de la Comunidad (o al menos la gran mayoría) nos asustaron con un sonido estridente de alarma que, hasta que cogimos el aparatito y vimos qué demonios era aquello, dio pábulo a todo tipo de conjeturas: hubo quien pensó que se le había recalentado el teléfono y estaba a segundos de explotar, quien se encontraba en carretera y creyó por un momento que el coche tenía una avería grave, e incluso quien estaba convencido de que, como ya cantaron hace décadas Eskorbuto, había llegado el momento de la destrucción.

El propio mensaje aclaraba de qué iba la cosa: “Alerta de Protección Civil de la Agencia de Seguridad y Emergencias 112 (ASEM 112). Debido al riesgo extremo de tormentas en la Comunidad de Madrid en el día de hoy, nos encontramos en el nivel 1 del Plan de Inundaciones (INUNCAM). No utilice su vehículo si no es estrictamente necesario y permanezca en su domicilio atento a posteriores actualizaciones informativas. Por favor, solo llame al 112 en caso de emergencia. Red de Alerta Nacional – ASEM 112”.

Era la primera vez que se utilizaba este sistema en Madrid, lo que explica también la sorpresa del personal. Se sirve de una tecnología denominada “ES-Alert”, basada en el envío de mensajes por radio a todos los móviles que se encuentren en un área determinada (así que no quiere decir que tengan libre acceso a nuestros teléfonos y nos puedan controlar por ahí. El poder ya tiene muchas otras herramientas de control, y en buena parte de ellas colaboramos nosotros alegremente, queridos y queridas). Esto implica que se recibe de inmediato si el teléfono está operativo, no le afecta la saturación de redes y no hace falta conocer el número de los destinatarios, lo que constituyen claras ventajas para un servicio como Protección Civil en una situación de emergencia.

Luego resultó que en Madrid, a partir de la recepción del mensaje, no llovió tanto como se esperaba (de hecho por donde yo estaba llovió muchísimo más el día antes). Ello y la aparatosidad de la medida motivó que lo que de verdad llovieran fueran las críticas y las coñas (dos “deportes” muy de nuestra tierra, ¿o no?). Las primeras con argumentos estrambóticos como que tendrían que enviar esos mensajes solo a quienes los solicitasen (quien haya dicho eso no sabe lo que es una alerta ni para qué sirve), que lo que se pretende con eso es tenernos asustados (hombre, el susto es un resultado natural cuando te advierten de un riesgo serio. En cambio, si no te advierten el resultado natural puede ser la muerte. ¿Qué prefieren?) o que se trata de un experimento de control social (ya he comentado esto en un paréntesis del párrafo anterior, permítanme no repetirme). En cuanto a las segundas, la verdad es que la cosa ha dado para chistes y memes gloriosos, como el del cadáver cubierto de lava de las ruinas de Pompeya que parece sujetar un móvil y dice “Tito Flavio Vespasiano, mira lo que hago con tus alertas”. En este caso, buenas risas que nos hemos ganado, así que estupendo.

¿Era necesaria la alarma? Pues yo creo que sí, sobre todo si tenemos en cuenta que estábamos en plena operación retorno. No pasa nada por quedarse una tarde en casa si sabemos que hay bastantes posibilidades de que se presente un panorama peligroso y si así podemos evitar encontrarnos en una situación que nos lo haga pasar mal e incluso terminar en tragedia. Porque, con todo y con eso, la visita de DANA sí ha provocado varias tragedias, alguna de ellas precisamente por hacer lo contrario de lo que decía la alerta: salir de casa y utilizar el vehículo. No pretendo con esto señalar a nadie por no obrar con precaución: todos nos hemos confiado alguna vez y hemos desechado recomendaciones pensando que teníamos la situación controlada y que no iba a pasar nada (y alguna vez también nos hemos escapado por poco de un nefasto resultado de tal exceso de confianza). Precisamente por eso encuentro de lo más correcto el uso de este sistema: no sabemos cuántas tragedias más habrían ocurrido de no utilizarse… y mejor no saberlo, ¿no creen?


  Votar:  
  Resultado:  
  0 votos