Las hemorroides

Las hemorroides son unas almohadillas vasculares presentes, de forma natural, en el canal anal de todas las personas. Por diferentes motivos llegan a dar problemas, apareciendo la enfermedad hemorroidal. Las causas más frecuentes son los antecedentes familiares, el esfuerzo defecatorio asociado al estreñimiento y los cambios hormonales y de circulación durante el embarazo.

Con frecuencia asumimos que todos los síntomas que podemos notar en la zona anal están relacionados con las hemorroides y, en muchos casos, no es así. Algunas tienen síntomas parecidos, de ahí la importancia de visitar al especialista para tener un correcto diagnóstico y tratamiento. La autoprescripción de pomadas puede no resolver el problema y generar otros nuevos.

Internas y externas

La enfermedad hemorroidal puede afectar a las internas, dentro del canal del ano, o a las externas, en el borde exterior. Estas últimas suelen dar problemas en forma de brotes de dolor o escozor por trombosis. Estos episodios suelen durar unos 7-10 días. La cirugía es recomendable cuando los episodios se repiten con frecuencia o para eliminar los colgajos que a menudo aparecen tras un episodio agudo.

Las internas también pueden dar problemas: aumentar su tamaño y descolgarse de su posición natural produciendo problemas como el sangrado, la sensación de pesadez, picor y, más raramente, dolor o molestias en la zona anal. El mejor tratamiento no será siempre quirúrgico.

Técnicas

La enfermedad hemorroidal puede ser tratada en quirófano de varias formas. La elección de la técnica viene determinada por los síntomas y el grado de enfermedad.

La ligadura hemorroidal consiste en colocar una goma elástica en la base de la hemorroide para estrangularla y de esta manera reducir su tamaño. Es un procedimiento que se realiza sin ingreso y es muy efectivo para tratar los problemas de sangrado.

Otra opción bien tolerada es el tratamiento con Láser LPH. La inserción de la fibra en el tejido hemorroidal permite ir tratando el tejido disminuyendo su tamaño y sangrado.

La hemorroidectomía es la cirugía más realizada, más eficaz y con escasas complicaciones. Consiste en extirpar los grupos hemorroidales principales. El efecto secundario más frecuente es el dolor anal. El pico de máximo dolor se suele producir entre la primera y la segunda semana tras la intervención.

Una técnica que ha demostrado producir menos dolor es la desarterialización asociada a hemorroidopexia (THD). Su resultado final es la disminución del prolapso sin producir heridas en el canal anal.

Dr. Jaime Zorrilla Ortúzar
Unidad de Coloproctología


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