En consulta con el Hospital Nuestra Señora del Rosario.
El aumento de temperatura que se produce en verano provoca un incremento importante de las pérdidas de líquido en nuestro cuerpo, originando alteraciones en nuestra salud, como puede ser el estreñimiento. Éste es la dificultad para defecar asociado a la expulsión de heces secas y de escaso volumen, pero ventoseando normalmente. Se considera que la realización de menos de tres deposiciones semanales es estreñimiento. El cambio de hábitos y costumbres y el incremento de la pérdida de líquido provoca alteraciones en el proceso de absorción de líquidos y nutrientes a lo largo del intestino delgado y grueso (colon), llegando a producir el estreñimiento.
Puede ser agudo y/o crónico. El agudo suele estar asociado a un viaje, cambio de residencia, etc., y carece de importancia. El crónico habitual es el más frecuente. Suele ser más habitual en mujeres que en varones, y principalmente por encima de los 65 años.
Factores que lo originan
El verano es una época donde este trastorno puede darse con mayor frecuencia, incluso combinarse los dos tipos. Por un lado porque aumenta la temperatura, y por otro porque durante las vacaciones alteramos nuestra rutina diaria. Además, en el caso de las personas de más edad, cuya sensación de sed es menos perceptible, puede llegar a darse una hidratación inadecuada, provocando la alteración del intestino. Lógicamente esta situación puede incrementarse si pasamos mucho tiempo expuestos al sol.
¿Cómo prevenirlo?
Podemos hablar de dos consejos generales que toda persona debería seguir, sobre todo si es propensa al estreñimiento:
— Mantener los hábitos que tenemos durante el resto del año.
— Realizar dieta variada rica en fruta y verdura.
— Beber líquidos suficientes que repongan lo que se ha perdido.
— Realizar ejercicio físico en las horas más frescas del día.
¿Cómo actuar ante él?
Debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
— Incrementar moderadamente la ingesta de líquidos.
— Disminuir la toma de grasas, que facilitan la aparición de molestias digestivas.
— Realizar ejercicio físico (andar rápido 20 minutos al día mejora la motilidad intestinal). Dado que estamos en verano y hace mucho calor, se recomienda realizarlo por la mañana o a última hora de la tarde o noche.
— Disminuir o evitar el alcohol hasta su corrección.
Además de lo anterior, en cualquier situación es conveniente intentar mantener tu reflejo de la defecación buscando el momento ideal a lo largo del día para “ir al baño”.
Es resumen, el estreñimiento es una complicación frecuente en el verano, que puede ser combatido con medidas sencillas, que además ayudan al resto del organismo en el control de otras alteraciones frecuentes en esta época del año.
Dr. Gerardo Clemente Ricote
Servicio Digestivo y Endoscopias
Hospital Nuestra Señora del Rosario