La seguridad vial: normativa kafkiana, pero ‘garantista’
Si algo se puede considerar kafkiano es la normativa que supuestamente debería garantizarnos el derecho a la seguridad, al menos física, a los vecinos en nuestras calles, y sobre todo a las personas más vulnerables. Y queramos o no, vulnerables, o ya lo somos o lo seremos.
Al refrán que dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra se debió llegar por reducción al absurdo, pero se quedó corto. Podemos asegurar y certificar que el ser humano, o sea, muchos de nosotros, somos la única especie animal capaz de tropezar y salir heridos muchas veces con los mismos objetos, en diferentes sitios, todos los días, y en diferentes trayectos de nuestro paseo, a sabiendas de que nada ni nadie van a hacer lo más mínimo por remediarlo. ¿Kafkiano?
Por nuestras aceras y sobre todo junto a las fachadas de los edificios podemos encontrar de todo: sillas, mesas, macetas con grandes árboles, carteles anunciadores, estanterías metálicas con plantas, etc. Objetos todos ellos capaces de producirnos daños físicos a quienes tropecemos con ellos, pero... el incumplimiento de la normativa es algo normal en el Distrito. Todo el mundo puede poner cualquier objeto en la acera, aunque sea un elemento peligroso y agresivo para determinadas personas, que por sus características personales tengan problemas de visión, de movilidad, de estabilidad, etcétera.
Según la Policía Municipal, sí se denuncia y sí se sanciona, pero eso no implica que se retire el objeto peligroso de la acera. Estamos en un sistema garantista, y los plazos jurídico-administrativos para que se resuelva la sanción todos sabemos que pueden durar años. Eso sí, el objeto peligroso con el que hemos tropezado, con el que nos golpeamos o con el que nos caemos sigue y seguirá en la acera. Para estos casos no hay medidas cautelares para evitar más accidentes.
Además, ¿nos tenemos que convertir los ciudadanos en policías? ¿No hay nadie en la Junta de Distrito que inspeccione las calles? Pues si los hay, o son pocos o no les cunde. El Estado garantista en el que vivimos permite todo eso, pero no garantiza de ninguna manera el derecho de los ciudadanos que no incumplimos la normativa a poder circular por una acera sin peligro.
Si vamos a cruzar una calle se puede dar el caso de que para poder cruzar tengamos que salir hasta el centro de la calzada para ver si viene algún coche. Junto a los pasos de peatones, podemos encontrar plantas que superan la altura de una persona, zonas de aparcamiento con camiones, furgonetas o grandes coches que no nos permiten a los peatones saber si viene algún vehículo y a los conductores saber si hay algún peatón para cruzar.
Pues bien, todo esto se hace con el conocimiento y la anuencia de los políticos. En nuestro caso, Distrito Salamanca, la Sra. concejala, en la última reunión de la Comisión de Seguridad del Distrito, reconoció públicamente el conocimiento de todos esos peligros, incluso de la existencia de ellos desde hace muchos años, pero ni dio solución ni se espera que la busque. Kafkiano, ¿o no? Invitamos a la Sra. concejala a que utilice la ficha de evaluación de accesibilidad elaborada por el propio Ayuntamiento de Madrid, ya verá qué desilusión. No pasamos de la primera pregunta.
La seguridad y accesibilidad de las aceras son fundamentales para garantizar el bienestar de todos los vecinos.
P.D.: Propuesta de lecturas básicas para que este verano concejales y políticos del Distrito se ilustren:
Ficha de comprobación de la accesibilidad de espacios públicos urbanizados.
Ley de Promoción de la Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónicas.
Orden TMA/851/2021, de 23 de julio, Condiciones Básicas de Accesibilidad y No Discriminación para el Acceso y la Utilización de los Espacios Públicos Urbanizados (artículo 25).
Ordenanza 1/2022, de 25 de enero, Ordenanza de Terrazas y Quioscos de Hostelería y Restauración (artículo 13).
Reglamento Técnico de Desarrollo en Materia de Promoción de la Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónicas.