ANA DE GÓNGORA.
Son los políticos quienes no saben hacer sus deberes y nos toca repetir a nosotros... Tal vez tampoco nosotros lo hicimos muy bien en la única opción que tenemos de decidir. Tendremos que pensar mejor nuestro voto en las próximas.
Eso sí, que no nos agobien con campañas de promesas, de alardes de lo bien que lo han hecho unos y de lo bien que lo van a hacer otros. Que no vengan queriendo asustarnos con que viene el lobo. Queremos que los políticos sean honestos (suponiendo que sea compatible) o, al menos, que lo intenten esta vez. Que se fijen en las necesidades reales de nuestro país, castigar e impedir la corrupción generalizada; la causante, en parte, de muchos de los demás problemas: paro, pobreza, desigualdad, contaminación...
Y nosotros no caigamos en el desánimo y dejemos de ir a votar. La abstención favorece a los mismos de siempre y les sirve de pretexto. Tampoco conviene votar en blanco, pues favorece a los partidos que hayan obtenido más votos. Lo mejor, si ningún partido nos convence, es coger una papeleta y tacharla. Esto hará que el voto sea nulo y no favorecerá a ninguno, pero constará que hemos votado. Tampoco nos dejemos llevar por el desánimo y caigamos en los tópicos de “Más vale lo malo conocido...”. Llevamos casi 40 años repitiendo las mismas apuestas, y es mucho lo que nos jugamos. El premio gordo seguro que no nos va a tocar, pero calabazas ya llevamos bastantes.
Tampoco podemos fiarnos mucho de los medios de comunicación masivos, pues ellos también hacen su campaña. Ya no es cuestión de ideologías, sino de intereses. ¿Recuerdan cuando Felipe González decía “OTAN de entrada no”, ganó las elecciones, y claro, como de salida no había dicho nada, pues fue que sí? Y cuando Mariano Rajoy decía “no” a la subida del IVA, llegado al Gobierno, ¿cuánto tardó en subirlo? Pues ahora hay en juego una apuesta mucho mayor de la que apenas se informa, que nos puede costar mucho en muchos sentidos: el TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones), que se está negociando entre Estados Unidos y una comisión de la Unión Europea con sumo secretismo. Por lo que entiendo de lo que se ha ido sabiendo, este tratado daría una primacía casi absoluta a las multinacionales por encima de las leyes y los derechos de los ciudadanos de cualquier país. Lo que están tratando de conseguir es una globalización económica total en provecho de muy pocos, a costa del resto de la población mundial.