Hablemos de la electricidad

Ana de Góngora

¿Qué ocurre si alguien de nosotros, ciudadanos de a pie o pequeña empresa, no puede pagar la electricidad? Nos la cortan. Así, hay quien tiene que pensarse mucho si pasar frío o encender un calefactor que disparará el recibo de la luz. Sin embargo, deberían explicarnos por qué el Gobierno regaló a las empresas eléctricas entre 2.500 y 3.500 millones de euros. Según publicó El País, el Gobierno del PSOE dejó que prescribiera la deuda, y el PP, entonces en la oposición, no dice ni pío sobre ello. La Fiscalía Especial Anticorrupción lo está investigando debido a una denuncia de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.

Mientras, ya se está planteando una posible nueva subida de la luz, aunque el ministro correspondiente afirmara hace unos días en una entrevista en TV que la luz no ha hecho más que bajar en los últimos años. Claro que él se aferraba a las estadísticas, que, como afirmaba un profesor de esta asignatura, es la técnica con la que se puede demostrar lo que se quiera siempre que se le dé el enfoque adecuado. Pues bien, por más que la entrevistadora trató de que se ciñera al recibo de la luz, no lo consiguió: él seguía erre que erre con las estadísticas, no sabemos si es que no sabe cuánto se gasta en su casa en este concepto, si no le convenía saberlo, o es que no la paga él. Pero cualquiera podemos verlo comparando dos recibos del mismo periodo de tiempo de distinto año y teniendo en cuenta que no se haya añadido ningún electrodoméstico. Yo lo he hecho, y a bote pronto veo que he pagado 10,82€ más este año; que la potencia facturada subió 0,037689€ por día y los impuestos han subido del 54% al 62%. El IVA ya lo habían subido al 21%, como si la electricidad no fuera una necesidad básica.

¿Y cómo es posible que en Alemania se utilice mucho más la energía solar que en España cuando los alemanes vienen a tostarse aquí? ¿Y por qué se están retirando los apoyos a la energía eólica y a la solar, a pesar de que hasta lo están reprochando desde la Unión Europea? ¿Por qué nos dicen que sube porque no llegamos a cubrir el coste de producirla, cuando son sociedades que se reparten dividendos? ¿Por qué tenemos que pagar un impuesto para mantener centrales nucleares que, además del riesgo que comportan, ya que algunas deberían estar ya clausuradas y en cambio les han concedido una prórroga de varios años más, son propiedad de empresas eléctricas? ¿Y por qué las empresas eléctricas nos aconsejan que ahorremos luz? Esta última pregunta tiene fácil respuesta, como ya hemos dicho antes, mirando detenidamente la factura de la luz: el 62% son impuestos y unos cuantos gastos fijos.

Una última pregunta con una evidente respuesta: ¿por qué tuvieron que privatizar la electricidad, que era una empresa pública, por tanto una empresa sin afán de lucro y que era patrimonio de todos los españoles? Para, además de favorecer a quienes les conviniera, asegurarse la “puerta giratoria”. Para comprobarlo, no hay más que ver cuántos ex-presidentes y ex-ministros de los dos partidos que han gobernado el país están codo con codo en los consejos de estas empresas.