Edadismo y seguridad vial
JULIÁN GARCÍA VILLALOBOS UDP MADRID - PLATAFORMA CIUDADANA DEL D, 15 de febrero de 2024
Desde hace unos años, se viene anunciando por parte de algunos responsables de la Dirección General de Tráfico (DGT) que hay que reducir la siniestralidad en las vías, tanto urbanas como interurbanas. Que por un acuerdo con la Unión Europea hay que reducir el número de accidentes y sobre todo de fallecidos.
Y anuncian que la consecución de este objetivo se lograría reduciendo el número de las personas mayores con carnet de conducir. No, no lo dicen así de claro: lo adornan diciendo que a las personas mayores de 65 años nos harán una serie de pruebas específicas en el momento de renovar el carnet de conducir. Vamos, en una palabra, edadismo, que según la Real Academia Española significa “Discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas”.
Y para lograr sus objetivos dan como argumento que “las personas que más mueren en accidentes de tráfico son las mayores de 65 años”. Si buscamos datos, incluso en los que la propia DGT publica, podemos ver que los intervalos de edad en los que hay más accidentes con fallecidos son el de 35 a 44 años y el de 45 a 54 (Informe de siniestralidad mortal en vías interurbanas. Año 2023, DGT). Difícil de entender, ¿no? ¿Qué datos utilizan ellos entonces?
Claro que en los números de accidentes con fallecidos meten a peatones, acompañantes y conductores. En ese maremágnum de datos que ofrece la DGT en sus informes tampoco encuentras aquellos que especifiquen y clarifiquen quiénes son los causantes de los accidentes que enumeran. Una persona mayor de 65 años puede estar en la acera tranquilamente, ser atropellada por un coche y morir: accidente de tráfico por ser mayor. Una persona mayor de 65 años puede ir de acompañante en un vehículo y fallecer en un accidente: accidente de tráfico por ser mayor. Una persona mayor de 65 años puede incluso ir conduciendo, tener un accidente sin culpa alguna y morir: accidente de tráfico por ser mayor. En todos los casos hay fallecimiento y en ninguno ha intervenido la edad, pero los mayores son los que más mueren.
Resulta curioso también que ninguno de los informes de la DGT hable de las causas de esos accidentes. Da la sensación de que en los accidentes solamente intervienen las personas y solo ellas son las causantes de los mismos. Para poder entender muchos accidentes, además de analizar la edad de las personas implicadas, quizá se debería hablar de diseño y mantenimiento de carreteras, de cruces, de pasos de peatones, de señalización, de controles, de visibilidad en cruces y curvas, de iluminación de pasos de cebra, de duración de semáforos, de educación vial, de información, etcétera.
¿Hay que reducir la siniestralidad? Totalmente de acuerdo. ¿Hay que conducir en las mejores condiciones? Totalmente de acuerdo. ¿Hay que evaluar periódicamente esas condiciones para ver si el conductor tiene las adecuadas? Totalmente de acuerdo. Pero esa evaluación ha de ser para todos por igual, sin edadismo. Si conducir con alguna lacra determinada es peligroso, lo será para todas las personas, tengan 18 años u 81.
Y en cuanto a la siniestralidad urbana, nuestro distrito, Salamanca, tiene todos los récords de Madrid. Somos el distrito con más accidentes de tráfico, claro que también se puede achacar la culpa a la edad y no a los obstáculos en los pasos de peatones, pasos de peatones mal iluminados, cruces sin visibilidad ni para peatones ni para conductores, cruces mal trazados, mala temporización de semáforos… Al fin y al cabo, accidentes de tráfico.
Edadismo es buscar en la edad justificación del no saber qué hacer.