Citroën AMI: ‘Little Boxes’

Cuando en 1963 Malvina Reynolds regaló la canción Little Boxes a su amigo Pete Seeger como sátira social sobre el desarrollo de los suburbios y las actitudes conformistas de la clase media, agrupada en viviendas de las zonas suburbanas como “pequeñas cajas” de diferentes colores, “todas hechas de ticky hortera” (ticky, material de baja calidad), no podía suponer la autora ni el cantante de que casi medio siglo después Citroën nos iba a sorprender con un minicoche eléctrico, cuadrado como una caja y además de pequeño tamaño con el que se puede circular por zonas abigarradas con facilidad para transitar y aparcar y que accede gracias a su modo de conducción 100% eléctrico sin problemas al centro de las ciudades, con lo que responde a los problemas urbanos de contaminación y silencio en marcha.

El concepto con el que la marca francesa pretende sorprendernos es un cuadriciclo eléctrico de dos plazas que rivalizará con los Renault Twizy, por un precio actualmente en Francia por debajo de los 6.900 euros, que se puede adquirir con un primer pago de 2.644€ y mensualidad de 19,99, el mismo coste de la línea de móvil, y que en Francia se puede comprar además en FNAC o en Darty, como cualquier otro producto de consumo básico.

El Ami tiene la consideración legal de vehículo ciclomotor, con una velocidad máxima de 45 km/h y una autonomía de 70 km gracias a su ligera batería de 5,5 kWh, que puede ser recargada al completo en apenas tres horas en un enchufe de toma doméstica y que se puede conducir a partir de los 15 años de edad. Tiene una dimensión mínima de 2,41 metros de largo y 1,39 de ancho, con una altura de 1,52 m, cuya forma cuadrada le proporciona una buena habitabilidad, al tiempo que su techo panorámico le permite ofrecer la sensación de que no se está encerrado en el interior del vehículo, y ofrece una protección superior a la de los 2/3, gracias a su habitáculo cerrado y calefactado. Su techo panorámico, su gran parabrisas, sus ventanas laterales y su luneta trasera, hacen que tenga una gran luminosidad. Al ser tan pequeño, mejora la maniobrabilidad con un radio de giro de poco más de siete metros.

En cuento a su estética, aprovecha la sinergia de diseño de otros modelos Citröen como los faros delanteros en distinto plano y los airbumps laterales. Sus dos puertas tienen una apertura asimétrica, de modo que la del conductor es a contramarcha, como los primeros Seat 600, tal vez porque dicha apertura facilita el acceso al habitáculo en los aparcamientos ajustados; y la del pasajero es la habitual. Las ventanillas son abatibles, y recuerdan a las del antiguo Citroën 2CV, efectivas y de fácil mantenimiento. El asiento del conductor es ajustable, y el del pasajero fijo, quedando detrás espacio para carga.

Ami ofrece una conducción fácil y absolutamente suave, ya que no tiene ni palanca de cambios ni embrague. El selector de marchas solo tiene tres botones, para ponerlo en avance, neutral y retroceso. Citroën dirige este producto tanto a adolescentes por placer, como a jóvenes adultos que prefieran los trayectos cortos o personas mayores dinámicas. Además, en un contexto profesional, es una solución ideal para los trayectos diarios entre tu casa y el lugar de trabajo.

En definitiva, el aspecto de un vehículo novedoso tiene que producir ternura para verlo y aceptarlo, y esta pequeña cajita puede que lo haga si la miramos con ojos nuevos, pero va a estar en el punto de mira de miles de adolescentes.

Para más información: citroen.es


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