Incredulidad e indignación ante las voluntades cambiantes en el Ayuntamiento
Redacción, 26 de febrero de 2020
Febrero 2020.
Incredulidad e indignación sienten 150 familias cuyos pisos rodean el patio de manzana donde, tras seis declaraciones de ineficacia y una licencia rechazada presentada por la ECU, en los que el Ayuntamiento ha denegado ininterrumpidamente licencias al promotor para la instalación de una sala de conciertos en Fuente del Berro 29, esquina a Goya 102, con fallos como que el solicitante actuaba en “fraude de ley” o que el patio de manzana no podría usarse, ahora y con la nueva corporación ese proyecto se autoriza y el auditorio para conciertos se implanta.
Los vecinos sospechan de las palabras del Ayuntamiento (Agencia de Actividades) como “¿Para qué quieren los vecinos un local vacío que se llene de ratas?”, “Hay que dar actividad económica al local” u otras sobre la bondad de los promotores. No son propias de una instancia administrativa que ha de valorar un proyecto, como así ha sido en siete resoluciones en dos años, en que sus resoluciones rechazaban la instalación de esta macrosala de tres pisos y 1.200 metros cuadrados (antiguo cine donde se excavó una planta más sin licencia).
El Ayuntamiento dictó en el BOE hace dos años la demolición de las obras ilegales, pero ni sanciona, ni tira las obras, e ignora sus siete fallos firmes, dando su O.K. a la actividad económica de instalar una macrosala de conciertos pegada al Wizink Center. No importan las causas insalvables que antes el Ayuntamiento esgrimía en sus fallos firmes: una residencia pública de ancianos próxima; un aforo que se autoriza de 299 personas con objeto de no llegar a 300 cuando antes calificaba el aforo como irreal y forzado; una ocupación del patio de manzana con una nueva actividad, el local no tiene licencia alguna, colocando junto a las casas las torres de climatización y ventilación. ¿Y las grietas surgidas en el edificio al comenzar las obras ilegales? Lo único importante es cambiar 180 grados y dar actividad al local (negocio), sin importar las 150 familias.
Emilio Ruiz