HISTORIAS DEL DISTRITO. Vltra
MIGUEL ROMERO MEMBRIVES , 21 de enero de 2022
“Los tres grandes artistas
ligados a ese movimiento [Vltraísmo]
y a sus revistas fueron tres extranjeros:
el uruguayo Rafael Barradas,
la argentina Norah Borges
y el polaco Wladyslaw Jahl”
Juan Manuel Bonet (director del Instituto Cervantes de París) 08/03/2016
Tras contemplar mi reflejo en el espejo de la fuente ornamental, Daily Mirror, en María de Molina, recuerdo que muy cerca de aquí vivió la hermana de Jorge Luis Borges, Norah.
Leonor Fanny Borges Acevedo fue rebautizada por su hermano “Norah”. Era su única hermana… Ella y su hermano vinieron a Madrid unos meses en 1920, después en 1923… Los hermanos participaron del movimiento literario Vltraísmo (que también se manifestó, por ejemplo, en las portadas de las revistas que publicaron para ofrecer sus trabajos: Cervantes, Vltra u Horizonte).
El Vltraismo, como otras vanguardias del momento, era un movimiento cultural en el que colaboraban estrechamente escritores y poetas con artistas plásticos. Se reunían desde las doce de la noche hasta el amanecer en el Café Colonial (hoy ya no existe, desde 1944 es el pasaje de la Caja de Ahorros), nº 3 de la Puerta del Sol. Aquella tertulia era presidida por Rafael Cansinos Assens, y a ella acudían poetas como Juan Larrea, Pedro Garfias y Guillermo de la Torre.
Norah hizo poesía y crítica de arte, pero principalmente era una artista plástica genial. Entró en contacto con pintores como el uruguayo Barradas, los franceses (Robert y Sonia) Delaunay, los polacos Jahl y Paszkiewicz y el onubense Vázquez Díaz, y se casó con Guillermo de la Torre. Se instalaron en el nº 130 de la calle Velázquez (ya no queda nada de aquello desde 1965, cuando se construye el edificio Iberia, hoy Instituto de Empresa).
Portada de la revista Vltra
Ciertamente, si traspasamos María de Molina, salimos del barrio, pero deseaba recuperar el recuerdo de Norah, una mujer fascinante que hoy aún sigue siendo una desconocida en España para el gran público (aunque en aquel momento en nuestra ciudad era muy popular…). Llevemos entonces nuestros pasos a la calle Goya número 86, 2ª planta, centro izquierda. Hubo un tiempo que allí un cartel rezaba: “Interiores. Vestidos. Muebles y objetos. Efectos de trasparencia y color. Cerámica modernísima”. Se trataba del Taller de Arte Decorativo vltraísta (luego lo llamaron “Vesta”).
Allí, desde 1923, estaban instalados Wladyslaw Jahl y su mujer Lucía, que eran quienes lo llevaban. Jahl fue un pintor, grabador y diseñador gráfico polaco. Tras el estallido de la I Guerra Mundial vino de París a Madrid, donde entre 1917 y 1920 estudió con su compatriota Józef Pankiewicz.
De aquel taller han quedado pocas obras. Por ejemplo, en la exposición de Tadeusz Peiper que se realizó en 2015 solo se expuso un jarrón pintado. Gran parte de lo que hizo quedó reflejado en la revista, donde muchas de sus portadas procedían de moldes de madera muy interesantes (la del nº 21, el arquero, ha servido como distintivo de la editorial sevillana Renacimiento), con excepciones igualmente magníficas (el número 22). También en el interior se reprodujeron grabados y dibujos suyos. Jahl colaboró asimismo en otras muchas revistas: a destacar especialmente su colaboración en Revista de Occidente precediendo a Maruja Mallo
También en aquel piso de Goya vivían los hermanos Rivas Panedas, siendo Humberto el director en la sombra de la revista que igualmente se editaba allí (antes en Monteleón, 7),
Vltra fue el mascarón de proa del Vltraísmo en aquel momento, con portadas que eran en sí una obra de arte realizadas por Norah Borges, Wladyslaw Jahl o Marian Paszkiewicz (también crítico de arte). En ella colaboraron asimismo el crítico de arte y poeta Tadeusz Peiper, Gerardo Diego, Luis Buñuel, Rosa Chacel, Guillermo de la Torre, González Ruano y Ramón Gómez de la Serna.
Antes de cerrar el artículo he de reconocerles que en el número 66 de la calle María de Molina fue donde instaló su taller Daniel Vázquez Díaz. Pero considero que este gran artista es más conocido hoy que Norah y Wladyslaw (y muchos otros que he mencionado en esta ocasión), por lo que quise darles un protagonismo que quizás ellos mismos, desde su gran y conocida modestia, no hubieran aceptado. Ya hablaremos en una próxima ocasión del genial Vázquez Diaz.
Quizás sea el momento de que la Junta Municipal de Distrito busque la manera de hacer una exposición a Norah y otra a Wladyslaw por separado, por ejemplo en el “Pasaje de Colón” cuando esté terminado, en su espacio expositivo.