La contaminación regresó a la capital

REDACCIÓN.

El Ayuntamiento ha tenido que activar de nuevo los protocolos para combatir este problema.

 

En la tarde-noche del 30 de noviembre, el sistema de medición de contaminación atmosférica de Madrid arrojó datos superiores a los 250 mg/m³ de dióxido de nitrógeno. Esto significa nivel de “aviso” y, por lo tanto, activación del Escenario 1 del protocolo ante episodios de contaminación, que se hizo efectiva desde el día siguiente.

La primera medida fue reducir la velocidad máxima de circulación a 70 km/h por la M-30 y en las vías de acceso a Madrid, en ambos sentidos. El consistorio era consciente ya en ese momento de la alta probabilidad de alcanzar el Escenario 2, puesto que las previsiones meteorológicas apuntaban en un 99,99% a que la situación no iba a variar. Dicho escenario sumaba a las medidas ya adoptadas la restricción del aparcamiento en la zona SER para los no residentes, y finalmente entraba en vigor desde las 9:00 del 3 de diciembre. Paralelamente, el Ayuntamiento insistía en sus recomendaciones a los ciudadanos de que utilizaran el transporte público, y ponía en marcha un operativo especial de baldeo de las principales calles de la ciudad para intentar rebajar los niveles de contaminación.

Finalmente, a las 0:00 del 6 de diciembre, habiendo descendido los niveles de NO₂ por debajo los establecidos por el protocolo, quedaba éste desactivado, suprimiéndose todas las medidas de restricción del tráfico y aparcamiento decretadas. El Ayuntamiento ha querido reiterar la importancia del uso del transporte público, así como agradecer a los vecinos su colaboración, que ha sido más que notable, descendiendo el volumen de tráfico en el centro de la ciudad y registrándose un gran aumento de usuarios del transporte público estos días.



Protocolo

El Protocolo de Medidas para Episodios de Alta Contaminación se aplica con carácter preventivo en los casos en los que se registran niveles elevados de dióxido de nitrógeno, antes de llegar al nivel de alerta. Las medidas que se adoptan tratan de frenar el incremento de los niveles y limitar la duración de estos episodios. Para ello, el protocolo establece distintos escenarios en los que se adoptan, de forma gradual, medidas informativas, de restricción de tráfico y de promoción del transporte público, dependiendo de los niveles alcanzados, de la previsión meteorológica y, por tanto, de la previsión de duración del episodio.