Mi experiencia con un esguince



Un domingo cualquiera, sufrí una caída de lo más tonta que no se la recomiendo a nadie, porque literalmente volé. Me produjo un fuerte esguince en mi muñeca derecha.

Esa noche apenas dormí, pues me dolía el brazo como un demonio. Tenía pinta de que iba a estar fatal para los próximos ocho días. En la mañana del lunes, en el centro de terapias Quídea me trataron con kinesiología, y el dolor del brazo me bajó una barbaridad de forma casi instantánea, lo que hizo que empezara a ver la luz de una recuperación más rápida de lo normal para un esguince.

Esa misma tarde me hicieron un vendaje de kinesiotape, y la cosa fue mejorando exponencialmente con el paso de las horas. Esa noche dormí mucho mejor que la anterior.

En 24 horas la movilidad de mi muñeca era espectacular. Pero lo que ya me dejó maravillado sucedió en la mañana del miércoles: aplicando la técnica Kimochi solo tres minutos, la movilidad de mi mano era casi completa. No habían pasado ni 72 horas del incidente, y ya podía usar mi mano derecha prácticamente al 100%. Por supuesto, entremedias, me hice una radiografía de la zona para descartar roturas.

Agradecido de todo corazón por tanta atención prestada en Quídea y alucinado por la efectividad de sus técnicas.

Un paisano agradecido


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