En consulta con el Hospital Nuestra Señora del Rosario
El verano y las altas temperaturas se acercan. Y con la llegada del calor aumenta el riesgo de deshidratación. Una correcta hidratación es fundamental durante todo el año, pero en verano es más necesaria porque con el calor aumenta la pérdida de líquido.
Estamos acostumbrados a beber cuando tenemos sed, sin embargo la sensación de sed aparece cuando ya se ha perdido líquido y hay cierto grado de deshidratación. Este factor en personas mayores es una de las principales causas de urgencias médicas, ya que la sensación de sed a menudo se pierde, olvidamos beber agua y aparece la deshidratación.
Ésta puede afectarnos de forma leve, pero también puede llegar a presentar un problema grave, con consecuencias severas. Por eso es fundamental aprender a detectarla.
¿Qué síntomas y signos avisan de una deshidratación?
— Sed intensa.
— Piel seca.
— Orinar menos.
— Aparición de fatiga, debilidad, cansancio, somnolencia.
— Sensación de mareo o confusión.
— Aumento de pulso y frecuencia respiratoria.
Tener en cuenta todos estos signos y beber líquidos suficientes es importante para cualquiera, pero especialmente para las personas con mayor riesgo, como mayores, embarazadas o en periodo de lactancia, niños y personas enfermas. También trabajadores al aire libre o personas que practican actividad física necesitan vigilar su hidratación de forma especial.
Cómo evitar la deshidratación
— Beber 2-3 litros de líquidos de manera continua y en pequeñas cantidades. Mejor a temperatura ambiente. En el caso de personas enfermas o con alguna circunstancia especial, es recomendable que sea el especialista el que indique la cantidad necesaria que debe ingerir al día, porque ésta varía según la estación.
— Si se realizan esfuerzos físicos, aumentar estas cantidades y vigilar las pérdidas a través del sudor.
— Optar por variedades de bebidas. Los diferentes sabores de infusiones, refrescos, zumos, lácteos… pueden ayudarnos a beber lo necesario
— Llevar siempre a mano una botellita con líquido, para recordar que necesitamos beber de manera continua.
— Tomar alimentos ricos en agua como frutas, verduras u hortalizas y purés en el caso de los niños pequeños.
— Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, porque favorecen la deshidratación por su efecto diurético.
— Importante también mantenerse en lugares frescos y ventilados y evitar la exposición al sol o la realización de ejercicio físico en horarios de mayor temperatura (de 12:00 a 18:00).
Ante cualquier duda sobre cómo hidratarse o si considera que puede estar sufriendo algún síntoma de deshidratación, es importante acudir al médico.
Dra. Débora Nuevo
Especialista en Medicina Interna
Hospital Nuestra Señora del Rosario