La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad que afecta a la mácula, es decir, a la zona central de la retina, la parte del ojo que permite ver los detalles pequeños. Es, además, una de las causas principales de la pérdida de visión en personas mayores de 60 años.
En la DMAE existe una clara predisposición genética, habiéndose identificado numerosos genes implicados en su desarrollo. Hay igualmente aceleradores de la misma, como el tabaco, la alimentación alta en grasas y azúcares, el sedentarismo y los factores medioambientales: el sol y la oxidación. En este sentido, para su prevención es recomendable una dieta saludable rica en omega 3, luteína y zeaxantina, no fumar y la protección solar ultravioleta; estas medidas han demostrado retrasar la aparición y el desarrollo de la patología.
Tipología
Existen dos tipos diferenciados de DMAE: la húmeda y la seca. La húmeda se origina cuando los vasos sanguíneos anormales detrás de la retina comienzan a crecer debajo de la mácula, formando una membrana neovascular. Esta forma de degeneración macular es la forma menos frecuente y representa el 15% de los pacientes afectados por DMAE.
La degeneración macular seca, por su parte, se produce cuando las células de la mácula sensibles a la luz se van deteriorando poco a poco, lo que provoca que la visión central se nuble gradualmente en el ojo afectado.
Sintomatología
1.- Disminución de agudeza visual.
2.- Pérdida de visión central.
3.- Visión de líneas torcidas.
Diagnóstico
Es fundamental un diagnóstico precoz, por lo que el paciente debería acudir inmediatamente a un especialista si tiene algunos de los síntomas descritos. Además, es preciso hacer controles oftalmológicos periódicos preventivos a partir de los 55 años.
Para realizar el diagnóstico, la evolución y la respuesta a los fármacos intravítreos resulta fundamental la tomografía de coherencia óptica macular (OCT), que permite efectuar cortes tomográficos de la retina, por lo que podemos evaluar las estructuras a nivel macular.
Tratamiento
Los nuevos tratamientos se centran en la administración intravítrea de fármacos. Principalmente los antiangiogénicos, cada vez más potentes y seguros, que consiguen inhibir o reducir la formación de nuevos vasos sanguíneos, bloqueando el factor de crecimiento endotelial o VEGF (en sus siglas en inglés), que está en el origen de enfermedades como la DMAE, la retinopatía diabética…
Dr. Ramón Torres Imaz
Médico oftalmólogo
Jefe del servicio de Oftalmología
del Hospital Nuestra Señora del Rosario