El dichoso virus

Con él está pasando como dice la canción de no sé quién: “Un pasito p’alante María, dos pasitos p’atrás”.

Tal vez, el problema está en que cada comunidad y cada país puede tomar las medidas que quiera, y así es como de un lugar a otro se van trasladando los virus campando a su antojo, porque siempre están los “listos” de turno que hacen de su capa un sayo y burlan todas las medidas de control que se quieran poner. Así ocurrió con un “espabilado” que, estando contagiado del virus, se marchó de Madrid a Murcia, y allí tuvieron que ingresarlo en la UCI. Otro “listo” se marchó, no recuerdo si también desde Madrid, a una playa de la Comunidad Valenciana, desde allí se hizo la típica autofoto y presumiendo de ello lo publicó en las redes informáticas. Gracias eso pudieron localizarlo y la Policía lo detuvo

Son casos como éstos, solamente una muestra, los que hacen que el maldito virus se propague: así se ha convertido en pandemia. Que ocurra en países y lugares sin medios, ni recursos, ni información, no es de extrañar y es muy lamentable, pero en países donde sí hay todos los medios de información y medidas, cuando menos, de prevención, no es solo una estupidez, es imperdonable y debería ser castigado no solo con multas, sino haciéndoles cumplir con servicios sociales, que les hagan ver lo que está perjudicando terriblemente a muchas personas, a familias que están viviendo situaciones límite, al borde de la pobreza, por haber perdido su medio de vida.

Esperemos que en el próximo año se haya conseguido una vacuna que frene de una vez esta pandemia y pueda recuperarse una cierta normalidad, que hayamos aprendido algo y seamos más solidarios y que prevalezcan los valores realmente importantes, como son la solidaridad, el bien común y cuestiones como la salud y los medios para una vida digna para toda la sociedad, sobre el interés crematístico de una minoría que cada vez va acumulando mayores fortunas, y en la mayoría de los casos también gestionan esas ganancias en paraísos fiscales sin reportar ningún beneficio a las arcas del Estado del que se benefician. Algún día serán los más ricos del cementerio.


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