Destrucción de la sanidad pública ‘a la madrileña’

La sanidad pública en la Comunidad de Madrid lleva muchos años de deterioro; desde 1995 permanece en el Gobierno autonómico el Partido Popular. Han sido varios los momentos de mayor ensañamiento para conseguir la privatización de hospitales públicos y centros de salud, incluso costando la dimisión a su entonces consejero de Sanidad Fernández Lasquetty, hoy consejero de Hacienda, dueño y señor de los presupuestos y desviaciones millonarias al grupo Quirón y empresas extranjeras.

Merece la pena que nos centremos en la pandemia, que ha resultado ser la mejor de las coartadas para rematar nuestro maltrecho sistema sanitario público. Sobrevolaremos cronológica y sintéticamente, dada la extensión de tiempo y de atrocidades.

Marzo 2020

— Residencias: Envían por escrito la prohibición de trasladar a hospitales públicos a cualquier persona con limitación. Se deriva a aquellos que cuentan con seguro privado. Resultado: mueren 7.291 personas en absoluto abandono y sin asistencia médica. Continuamos sin medicalización de las residencias. Han creado una Unidad de Atención a las Residencias, grupo itinerante e insuficiente de profesionales, para lavar imagen.

— IFEMA: Nos costó a la ciudadanía 50 millones que podían haber invertido en abrir plantas y torres cerradas de hospitales públicos. Innecesario e ineficaz. Escenario de cartón piedra, donde solo acudieron pacientes leves, no acogieron a las personas enfermas de las residencias. Clausura precipitada, ya soñaban con el negocio del Zendal.

— Cierre de los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP). Había 37 en Madrid y atendían al año a 780.000 personas. A día de hoy continúan cerrados y sus trabajadores maltratados. Los utilizaron para dar atención en IFEMA, junto con personal de los centros de salud, después vacunación en Wizink Center y Wanda y llevan ya cinco meses secuestrados en el Zendal, con mínima actividad laboral.

Abril y mayo 2020

— Rastreadores: En los Centros Municipales de Salud, dependientes del Ayuntamiento de Madrid, se ofrecieron 100 profesionales para actividad de rastreo, con 17 centros dispuestos y a coste cero. Con la dimisión de la directora de Salud Pública se rompió el acuerdo y pidieron voluntarios entre la población. No les interesaba nada que se pudiera dar oxígeno a los centros de salud.

— Centros de salud: Hay déficit de plantilla en todas las categorías. En mayo de cada año terminan su especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria 223 profesionales; los contratos son tan indignos que no se queda nadie.

Dicen que no hay médicos, la realidad es que los echan y así tienen excusa para seguir ahorrando y deteriorando, sobrecargando al escaso personal, impidiéndonos atender en condiciones adecuadas a la ciudadanía.

Hay en Madrid 212.000 niños y niñas sin pediatra y unas 600.000 personas adultas sin médico asignado. Se incumplen todas las leyes y se atenta contra la longitudinalidad, atención continuada por el mismo profesional, que ha demostrado disminuir ingresos hospitalarios y mortalidad.

Diciembre 2020

— Zendal: Nave, que no hospital, de nuevo innecesario e ineficaz. En múltiples ocasiones debieron trasladar al paciente que empeoraba a un hospital público.

Dilapidación de más de 174 millones para las mismas empresas beneficiarias de siempre. Han atendido a 8.000 pacientes durante 2021, costando cada paciente 25.000 euros si hacemos cuentas. No parece muy sostenible la gestión.

Al igual que para el IFEMA, no cuentan con el personal necesario y desvisten otro santo, en este caso los hospitales públicos (los SUAP y centros de salud ya estaban asolados). De los 1.300 trabajadores necesarios, 100 fueron voluntarios y 1.200 forzados con amenaza de no volverles a contratar en la Comunidad de Madrid si rechazaban el contrato.

Este secuestro de profesionales nos ha costado triplicar las listas de espera hospitalarias. En este momento hay más de 800.000 personas esperando revisión de especialista, prueba diagnóstica o cirugía.

Enero 2021

Hablan de intervenir la privada: pagan por camas de UCI en la privada cuando tenemos 19 en Hospital Infanta Sofía y 6 en Infanta Leonor sin estrenar. La gestión privada nos desposee de lo que tenemos.

Durante 2021 se sobrecargan las Urgencias hospitalarias, debido al cierre de los SUAP y al colapso de la Atención Primaria (AP).

La AP no le interesa a la Consejería de Hacienda ni a la de Sanidad. Entre sus funciones están la promoción de la salud, prevención de la enfermedad y la participación comunitaria (esta última demolida hace años), y ninguna de ellas favorece el negocio de la privatización y de la industria farmacéutica.

Siendo Madrid la comunidad más rica, somos la que menos presupuesto dedica a AP (un mísero 10,3% del gasto sanitario total, cuando la OMS aconseja un 25%).

En los últimos días las urgencias extrahospitalarias, tanto las urbanas (SUAP) como las rurales (SAR), están siendo objeto de un brutal atentado por parte de la Gerencia de AP, que pretende pisotear sus derechos laborales aumentando 100 horas su jornada al año, cambiando horario (antes eran noches, fines de semana y festivos y ahora tendrán que hacer 17 tardes al mes) y movilidad geográfica, de forma que no haya adscripción a una plaza fija.

Debido a la movilización ciudadana, no olvidemos este dato, el Gobierno autonómico se ve forzado a abrir los 37 SUAP. No tiene personal suficiente ni intención de contratar a nadie y continúa con la misma táctica hasta ahora utilizada, secuestrar personal de otro estamento, en este caso los SAR (medio rural) que tendrán que cubrir la falta de plantilla en los SUAP (medio urbano) y ya aprovechan para conseguir algo que llevan intentando desde 2019: el cierre de los centros de salud en horario de tarde.

También los trabajadores de los centros de salud seremos obligados a hacer guardias en los huecos no cubiertos de noches, fines de semana y festivos.

La trascendencia de esta medida será brutal. La ciudadanía trabajadora tendrá que ser atendida solo como urgencia, sin posibilidad de seguimiento por el mismo profesional. Será imposible trabajar sin espacio físico en los centros de salud ambos turnos (mañana y tarde modificado), un equipo de un SUAP (un médico, un enfermero y un celador) tendrá que atender a los pacientes que atendían todos los profesionales de tarde de todos los CS de la zona… Es un auténtico despropósito y supone el golpe definitivo a la AP, que pasará a ofrecer un “abierto 24 horas” sin profesional asignado y con el enfoque de atención de urgencias.

Posibilidades de defender nuestro sistema sanitario público:

— Como trabajador de la salud, informar de todo lo que sucede y apoyar la huelga convocada de forma unánime por los sindicatos, nos están obligando a dar una atención no adecuada a nuestros pacientes. Formaremos parte de un almacén flexible, seremos piezas reemplazables para cubrir huecos. ¡Ojalá seamos capaces de unirnos y parar este atentado!

— Como ciudadanía: entender lo que todos estamos perdiendo como pacientes. Perdemos el derecho a tener un profesional asignado, a quien conocemos y nos conoce, quien puede hacernos un seguimiento a lo largo del tiempo (longitudinalidad) que disminuirá nuestros ingresos hospitalarios y aumentará nuestra esperanza de vida. Perderemos también accesibilidad, ya que por las tardes solo podremos acudir a atención urgente.

Ponen en juego nuestro derecho a la salud y a la vida

En el calendario próximo marquemos una fecha importante para defender la sanidad pública en Madrid: el 13 de noviembre, desde cuatro puntos cardinales (Nuevos Ministerios, Hospital de la Princesa, Atocha y Ópera) saldremos a las doce de la mañana hacia la plaza de Cibeles. Llenemos nuestras calles de dignidad, exijamos nuestros derechos, seamos actores y protagonistas de nuestras vidas, ¡no nos dejemos arrebatar lo que es nuestro!

Y a todos y todas, siempre nos quedan las urnas: tengamos la ideología política que tengamos, no tiremos piedras contra nuestra salud. El PP y Vox apuestan por privatizar la sanidad pública, no les demos nuestro voto. Estará en nuestras manos en mayo, si aún queda algo de Atención Primaria, salvarla.

ANA ENCINAS
Médica de Atención Primaria. Plataforma de Centros de Salud de Madrid. Coordinadora de Pueblos y Barrios en defensa de la Sanidad Pública

FOTO: MATS​


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