CARLOS RODRÍGUEZ EGUÍA. Marzo 2019.
Desde la plaza de la Independencia hasta la de la República del Ecuador, la calle de Serrano, entre la Puerta de Alcalá y la avenida de Concha Espina, se extiende por los barrios de Recoletos y Castellana. Al comienzo de Recoletos, en el número 14 de Serrano, esquina a Villanueva, una placa indica: “aquí estuvo la casa donde vivió y murió el general Francisco Serrano Domínguez, regente del reino 1810-1885”.

El general llamado “bonito”, gaditano de nacimiento (17.12.1810), ingresa en el Ejército a los 12 años de edad y se incorpora a la política en 1839, cuando era brigadier. Apoya la regencia de Espartero (1841), a quien derroca, uniéndose a Narváez, con el apoyo de Prim (1843), con el que luego rivaliza y de cuya muerte es instigador (1870). En 1854 cambia de idea y es partidario de Espartero. Siendo capitán general de Cuba (1859-1862), se enriquece con el comercio de esclavos. Es amante de la adolescente Isabel II, a cuyo destronamiento contribuye, como miembro de la centrista Unión Liberal de O´Donnell, participando en la Revolución de 1868, cinco años después de ser nombrado duque de la Torre por la reina. Preside el Gobierno provisional (1868-1869) y ejerce la regencia.
Carente de convicciones y apodado el “Judas de Arjonilla” por el comportamiento traicionero y el nombre de su finca, cambia de bando según le conviene y destaca por su deslealtad, habilidad en la manipulación, desmedida ambición y un instinto de conservación que le permite sobrevivir a las adversidades. Preside el primer Gobierno de Amadeo de Saboya (1872). Proclamada la Primera República (1873), que preside (1874), disuelve las Cortes y ve frustradas sus aspiraciones de poder al restaurarse la monarquía en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II, y ser desplazado por políticos como Cánovas, con domicilio en Serrano 40, y Sagasta.
Ingresa en el Ejército a los 12 años, y se incorpora a la política en 1839
Al personaje, cuya estancia en Madrid se recuerda en la placa, y no al general y político progresista Francisco Serrano

Bedoya (1813-1882), está dedicada la calle de Serrano, conocida como “milla de oro” en un largo tramo de la primera parte. En principio, se llamaba “bulevar Narváez”, construido por el negociante, político y banquero malagueño José de Salamanca y Mayol, desde el mismo año en que es nombrado marqués de Salamanca (1863), y formaba parte de lo que se conocería como “barrio de Salamanca”, con características similares a las del elegante Saint-Germain, que conoció durante su exilio en París. Fue diseñado en 1859 por el arquitecto, ingeniero y urbanista sevillano Carlos María de Castro González (1810-1893), en la primera fase del ensanche de Madrid. La viuda y prima de Serrano, Antonia Micaela Domínguez y Borrell, condesa de San Antonio, construye el edificio en el lugar donde hoy día se ve la placa. Allí estuvo el Teatro Ventura, nombre de la hija menor del general.