Museo de Escultura al Aire Libre de la Castellana, arte en la calle

Madrid es una de esas ciudades en la que es un placer perderse. Plazas con estatuas de personajes destacados, parques que fueron jardines de algún palacio, calles llenas de historia y edificios singulares… Y de repente… ¡un Museo de Escultura al Aire Libre! La idea puede ser muy actual, pero en realidad este espacio expositivo está abierto al público desde 1972.

Ubicado en el paseo de la Castellana, bajo el paso elevado que une las calles de Juan Bravo y Eduardo Dato, reúne esculturas de 17 artistas españoles de primer nivel, que donaron sus obras para formar esta excelente colección de arte abstracto: Joan Miró, Andreu Alfaro, Eduardo Chillida, Martín Chirino, Amadeo Gabino, Rafael Leoz, Marcel Martí, Pablo Palazuelo, Manuel Rivera, Gerardo Rueda, Pablo Serrano, Francisco Sobrino, Gustavo Torner y el propio Eusebio Sempere, entre otros.

Un museo al aire libre conlleva inconvenientes en cuanto a conservación. Las inclemencias meteorológicas unidas a la polución hacen mella en la superficie de las esculturas; el vandalismo atenta contra la integridad de las obras y del espacio; las deyecciones de animales provocan corrosión; y, en general, el paso del tiempo hace inevitables las labores de restauración. Como las realizadas recientemente sobre dos de las obras de este conjunto, Móvil de Eusebio Sempere y Mère Ubu de Joan Miró, de las que informábamos en el número del mes pasado.

Museo bajo el puente

El Museo de Escultura al Aire Libre de la Castellana se encuentra situado bajo el puente que los ingenieros José Antonio Fernández Ordóñez y Julio Martínez Calzón construyeron para unir las calles Juan Bravo y Eduardo Dato y que fue inaugurado en 1970.

Tras la Segunda Guerra Mundial, las nuevas corrientes museológicas apuntaban a la creación de espacios expositivos al aire libre. Siguiendo estos postulados, ambos ingenieros y el artista Eusebio Sempere idearon un espacio expositivo bajo el paso elevado con el fin de aproximar a la ciudadanía el arte abstracto español y de ser una zona de esparcimiento y descanso. El proyecto quedó aprobado en 1971. La colección se formaría con las obras donadas por artistas amigos de Eusebio Sempere. El museo abrió al público en 1972, sin inauguración oficial debido a la polémica desencadenada por el montaje de La sirena varada, de Chillida. Debido a sus 6.150 kilos de hormigón y que debía estar suspendida del tablero del puente, el Ayuntamiento, desoyendo los informes favorables, decidió que se descolgase por razones de seguridad en 1973. La escultura inició un largo periplo por la geografía española que terminó en 1978, cuando regresó a su emplazamiento original.

El museo se encuentra en un entorno urbano donde elementos funcionales junto con la colección de obras artísticas forman un todo unitario. Con una extensión de 4.200 m2 y distribuido en tres niveles, podemos encontrar esculturas de los más importantes artistas de la vanguardia española, que nos acercan al apasionante mundo de la abstracción, donde la estética, el juego de la luz y el movimiento y la ensoñación se dan la mano.

El Museo de Escultura al Aire Libre de la Castellana fue el primero de estas características en construirse en el país. Después, en el mismo Madrid, se desarrollaron otros proyectos semejantes, como el del Parque Juan Carlos I en el Campo de las Naciones (1992) o la Exposición de Escultura al Aire Libre del Centro Cultural Conde Duque (1993).


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