Miguel Ángel di Boschi en Espacio75

El 23 de abril se inauguró en Espacio75 (Pilar de Zaragoza, 75) la exposición Miguel Ángel di Boschi (22/04 - 14/05). Miguel Ángel Maderas (Jaén, 1992) “Di Boschi” aprendió Bellas Artes (2019) en Granada, y posteriormente (en Jaén) guio su camino el maestro Francisco Carrillo Cruz (Jaén, 1954). Actualmente es profesor en nuestro barrio, en la Escuela de Arte Azul de Cadmio (Lanuza, 11).

La exposición podría haber tenido otros títulos, como me indica el propio artista, confesándome que quizás el que deambuló constantemente entre sus ideas de una manera más rotunda fue “Silencio”.

Todas las obras son óleo sobre tabla donde descompone la imagen en fragmentos, como una vidriera, y en donde se advierten detalles (marcas de encaje, de dibujo, imprimación) que señalan las fases de un proceso. El propio artista confiesa que le interesa más que el resultado final sea la evidencia de un proceso y no meramente una simple representación.

Resulta curioso que deje zonas sin terminar, de la nitidez a una difuminación que en ocasiones más que fotos se asemejan a las recreaciones mentales que nos quedan de un recuerdo o un sueño.

Contemplando su obra podríamos trazar una línea desde el holandés Vermeer, el danés Hammershoi, el francés Chardin y finalizar con el estadounidense Hopper, y con ellos podría explicarles lo que puede transmitirles su pintura.

Permítanme una breve apostilla. Lo que se convino era digno de ser pintado Johannes Vermeer lo dejó de lado. No eran escenas que recrean un imaginario divinal o pasajes memorables de la historia. Un día decide retratar momentos de la vida corriente… Una mujer dormida, otra bordando, otras escribiendo o leyendo una carta…

Miguel Ángel elige un escenario: un lugar inhabitual como es un baño. Sin embargo, es evidente que es donde siempre nos hallamos desnudos. Y es un escenario tan íntimo donde quizás seamos más nosotros que nunca. Por ejemplo Una mujer ensimismada en el baño de agua caliente. Sin duda esta elección del silencio le acerca y nos acerca al espíritu. Y también están otras pinturas: la ternura de Daniela con 12 meses, o aquellas de naturaleza muerta como Bodegón con biberón y apiretal, donde magnifica objetos intrascendentes, pero tan necesarios en un día a día. 

Para finalizar y animar a acudir a la exposición solo sabría decirles que, si alguna vez consideraron que la poesía es pintura ciega, Baño para bajar la fiebre es poesía muda.


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