Exposición monográfica ‘Ikigai’, de Manuel Castillero, en Espacio75

Puede visitarse hasta el próximo 23 de noviembre en esta galería ubicada en la calle del Pilar de Zaragoza

“Ikigai”, ese concepto japonés que alude a la razón de ser y el equilibrio, parece un hilo conductor en la búsqueda artística de Manuel Castillero. Perseguir sus curiosidades y desentrañar esa mística, ese propósito, es lo que lo hace tan interesante. Su obra no deja de ofrecer generosamente un espacio que nos permite vernos reflejados en ella, retroalimentarla, hacerla nuestra.

Así, la pintura de Castillero no solo explora su propia razón de ser, sino que nos sugiere habitar en nuestras propias carnes el cuerpo de los exploradores que hallamos en sus piezas. Y es precisamente ahí, en esa invitación, donde radica la potencia de esta exposición; los exploradores no son los otros, somos nosotros, o al menos podríamos serlo. A través de su arte, Castillero nos invita a redescubrir esos espacios, a habitar la soledad, a resonar con lo humano en cada rincón de sus paisajes. El Ikigai es, quizás, un dispositivo que nos permite regresar a esos lugares y reflexionar sobre la relación particular que tenemos con ellos.

En una de nuestras charlas, Manuel me confesó: “la distopía también es nuestro espejo. Ese ejercicio de imaginación plantea dudas y problemas que son fascinantes. Nos ponen ante un espejo que muestra cómo se comporta nuestra especie en situaciones límite, unas veces de manera pesimista y otras de un maravilloso optimismo”. Y esa reflexión está viva en su obra. En sus cuadros, esa tensión entre lo posible y lo improbable, entre la nostalgia y el futuro, resuena con fuerza; una lucha desesperada entre lo que somos y lo que tememos o esperamos llegar a ser.

Es como si cada rincón, cada ventana o cada brote de maleza aludiera a la fragilidad de lo familiar, a la imposibilidad de permanecer en lo amado. Su obra es una oda a la añoranza y a la sensación de no pertenencia.


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