La Fundación AISGE premia el empuje de Emilio Palacios y la rebeldía de Natalia de Molina

Gala de entrega: Lunes 24 de octubre, Nuevo Teatro Alcalá, 19h

La categoría de Nueva Generación de la XIV edición de los Premios Actúa constata el buen hacer de estos dos jóvenes actores

Aunque andan por una treintena apenas inaugurada, los andaluces Emilio Palacios y Natalia de Molina saben que detrás del éxito se esconden el tesón, la rebeldía y el trabajo. Con esos mimbres se plantaron hace unos años delante de las cámaras y se han convertido, por derecho propio, en rostros populares, reconocidos por el gran público. Ellos dos son los elegidos por AISGE y la Fundación AISGE para recibir el galardón Nueva Generación, que distingue a actores y actrices de carreras consolidadas y edades por debajo de los 40 años, en la ceremonia de entrega de los XIV Premios Actúa. Será el próximo lunes 24 de octubre en el madrileño Nuevo Teatro Alcalá durante una gala en la que coincidirán sobre el escenario con veteranos intérpretes que antes que ellos deslumbraron a espectadores y crítica.

Los Premios Actúa, máximo reconocimiento honorífico que conceden AISGE y su Fundación para destacar y celebrar las carreras artísticas y la integridad profesional y humana de actrices, actores, bailarines, actores de voz y Nueva Generación, han querido en esta ocasión ratificar lo que es un secreto a voces: la brillantez, el talento y el buen hacer de estos dos jóvenes y atrevidos intérpretes.

A pesar de atesorar dos Goya con apenas 26 años, la jienense Natalia de Molina nunca pensó que había llegado a la meta. Al contrario, a partir de ahí cogió carrerilla para lanzarse a por todas. Ahora tiene tras de sí más de una veintena de títulos, algunos de ellos en este 2022, que parece ser uno de sus mejores años. Tampoco se queda atrás el malagueño Emilio Palacios, que en los próximos días estrena El inmortal, una serie que, según se augura, será una de las sensaciones de la temporada. Antes ya dejó su impronta en un buen puñado de películas, como Rumbos, 1898. Los últimos de Filipinas o La trinchera infinita.

En próximas fechas, el consejo de administración de AISGE (que agrupa a actores, bailarines, actores de voz y directores de escena españoles) seguirá anunciando al resto de los premiados que completan el palmarés de estos XIV Premios Actúa y Premios HazTuAcción (que distinguen la labor de entidades u organismos admirables por su dimensión solidaria y por su empeño en la construcción de un mundo mejor, más justo y más humano), así como el nombre de quien se alce con el Premio Acción Humanitaria Pilar Bardem, instituido el pasado año para subrayar los valores de solidaridad, compromiso, empatía y resiliencia que siempre caracterizaron a la inolvidable artista. En su primera edición el ganador fue Francis Gurry, exdirector general de la Organización Mundial para la Propiedad Intelectual (OMPI).

Emilio Palacios

A sus 30 años, el actor malagueño Emilio Palacios ha dejado bien claro que el éxito empieza por uno mismo, por creer en las facultades propias, ser autoexigente y no desviarse del camino elegido. Luego llegarán las oportunidades y la capacidad para mantenerse y saber gestionar lo que acabe ocurriendo. Por eso, convencido de su talento, dejó atrás los estudios de Derecho en Granada y se trasladó a Madrid. Series como B&b, de boca en boca, Servir y proteger, La zona o El Príncipe y cintas como Los héroes del mal –con la que saltó al largometraje–, Malaka, La puerta abierta, No sé decir adiós, Rumbos, 1898. Los últimos de Filipinas o La trinchera infinita son la prueba de que tomó la decisión acertada para sí mismo y también para quienes disfrutamos de sus dotes interpretativas, su vitalidad, pasión, franqueza y rebeldía. Hace ya mucho tiempo que, en su caso, quedó atrás la etiqueta de promesa, porque hace también algunos años que estamos ante un valor consolidado.

Esta carrera de éxito frente a las cámaras, a las que ha sabido cautivar con un encanto innato, se ha extendido también a las salas de teatro gracias a El sonido oculto de Adam Rapp, junto a Cecilia Suárez.

Como anécdota, quizá merezca saberse que sueña con actuar junto a Javier Bardem y que le encantaría trabajar en un biopic sobre el cantante estadounidense Iggy Pop (recuerden: I wanna be your dog) y encarnar a La Iguana de joven. Aunque cierto es que hace casi una década que escribió y encabezó la pieza Dime Iggy Pop, que en 2013 se movió por la capital con cierto reconocimiento.

A fines de octubre podremos verlo en la serie El inmortal, inspirada en la vida del líder de la banda Los Miami, que operó en la noche madrileña de los años noventa.

Natalia de Molina

Algo grande ha de atesorar esta actriz nacida en la localidad jienense de Linares hace 31 años para haber alcanzado la cima siendo tan joven y, además, en un periodo de tiempo muy corto. Sus inicios cinematográficos no pudieron ser más prometedores, pues con su primera película, Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, la Academia de Cine la premió con un Goya a la mejor actriz revelación en 2014. Y para quienes pensaban que todo aquello era un mero espejismo, dos años después se alzó con otro cabezón nada menos que a mejor actriz protagonista por su interpretación de Rocío en Techo y comida, de Juan Miguel del Castillo. Así que ahí la tenemos, con 26 años y dos Goyas, entre otros galardones.

Cuando le preguntan qué hay detrás de su fulgurante carrera, jalonada por otras cintas (hasta una veintena) como No dormirás, Elisa y Marcela, Animales sin collar, Operación Camarón o Las niñas, lo tiene claro: trabajo y más trabajo. Desecha la suerte porque, como ella misma dice, se ha dejado la piel en cada proyecto en el que se ha embarcado. Se la ha jugado con cada guion que aceptó, a sabiendas de que solo con esfuerzo se alcanzan las metas que cualquier creador se propone.

Además, es muy consciente de que, tanto para ella como para el resto de colegas de su quinta, el camino no está resultando nada sencillo. Pertenece a una generación que ha transitado por el desencanto y a la que no le ha quedado otro remedio que reinventarse constantemente y romper moldes para sobrevivir. Y ese es el proceso que ella ha afrontado sin dudarlo.

Amante de series televisivas como Los Soprano o Evangelion, en nuestro país se ha dejado ver en algunas, desde Paquita Salas a La catedral del mar o Foodie Love, así como también sobre los escenarios, donde también ha dejado la huella de su talento interpretativo.

El merecidísimo Premio Actúa le llega en un año en cuya primera mitad ya estrenó Contando ovejas, La maniobra de la tortuga y Espejo, espejo. Y en lo que resta de 2022 sumará el largometraje Un año, una noche, de Isaki Lacuesta, y su primer protagonismo en televisión gracias a la serie Fácil, de Anna R. Costa.

Ceremonia de entrega